un término que ellos mismos inventaron para describir el comportamiento del Uranio. Así descubren el Polonio, otra sustancia radioactiva, la cual Marie nombra en honor a su Polonia. El descubrimiento y descripción del comportamiento de las sustancias radioactivas es, quizás, la mayor contribución a las ciencias que Marie y Pierre hicieron. Por este trabajo doctoral, Marie no sólo obtuvo su doctorado, sino que ganó, junto a Pierre, el premio Nobel, convirtiéndose en la primera mujer en ganar un premio Nobel, así como la primera persona en ganar este premio con su tesis doctoral casi al mismo tiempo de su publicación.
El trabajo de Pierre y Marie fue revolucionario. Tristemente para hacerlo se tuvieron que exponer a altos grados de radioactividad que, al ser ellos los primeros en estudiarla, aún no se sabía los graves efectos en la salud que puede tener. No es un disparate decir que esta pareja “irradiaba” radioactividad, tanto así que los documentos, diarios y apuntes de Marie y Pierre tienen que ser guardados en cajas de concreto y hierro, y estudiados solamente con trajes anti-radiación. Al momento de la muerte de Pierre en un accidente de trafico (fue atropellado por un carruaje), ya se encontraba gravemente enfermo por la constante exposición a la radiactividad.
Unos años después Marie ganó otro premio Nobel, esta vez en Química, por el descubrimiento del Polonio y el Radio. Hubo una fuerte campaña para que Marie no aceptara este premio debido a que se descubrió que estaba teniendo una aventura con otro profesor de Física. Pero esto a Marie no le importó, recibió el premio, luego lo junto con los otros que había recibido y el de su esposo y los mando a derretir para que fueran usados en “mejores causas”.
Poco después estalla la Primera Guerra Mundial, y Marie con su espíritu emprendedor, forma una brigada de ayuda médica, usando sus descubrimientos para formar equipos móviles de rayos X, estudios de anatomía y radiología, en pequeños carritos que empezaron a ser llamados “les petite Curies”, que fueron invaluables para los médicos y cirujanos en el frente. El gobierno francés le otorgaría la medalla de honor por estos servicios, medalla que también Marie mandó a derretir.
Murió a los 66 años, una edad bastante avanzada considerando que era “totalmente radioactiva”. Sus descubrimientos fueron un gran avance para la ciencia, con aportes para muchas áreas, entre ellas la medicina. Fue enterrada en el Panteón de París, siendo la única mujer que se encuentra en él debido a sus propios méritos.