IQ (o CI por sus siglas en español) es uno de esos términos
que se filtran a la cultura popular pero con poca claridad sobre qué es en
realidad, de qué se trata y qué mide. Por lo tanto es necesario brillar un poco
de luz sobre este término, algunas de las cosas buenas sobre esta medida, y
algunas de las cosas malas.
IQ, como muchos ya sabrán, significa “coeficiente
intelectual” (también denominado cociente intelectual). Pero bueno, ¿eso qué
significa? No es tan claro, ¿cierto? Y esto es porque “inteligencia” por si
sola es un término difícil de definir, y no hay una definición qué es la
absolutamente correcta. Una buena analogía para intentar definir qué es la
inteligencia es la pornografía. También es difícil definir qué es pornografía,
pero aún así sabemos con total certeza qué algo es pornográfico cuando lo
vemos. Lo mismo sucede con la inteligencia, puede que no podamos definirla,
pero aún así sabemos qué alguien es inteligente cuando lo vemos. Por supuesto
habrá diferencia de opiniones sobre lo qué es pornografía e inteligencia, pero
aún así nos queda una “intuición” sobre lo qué se tratan.
A pesar de estas diferencias de opiniones y la falta de una
definición absoluta, hay factores comunes sobre lo qué es la inteligencia, como
estos: la capacidad de resolver problemas, el razonamiento abstracto y la
capacidad de adquirir y analizar conocimiento. Estos tres son lo que
llamaríamos el “núcleo” de la inteligencia. Nótese que han quedado por fuera
varios otros importantes factores que también harían parte de la inteligencia,
dependiendo de la definición de la misma que tengamos, como por ejemplo:
memoria, creatividad, capacidad matemática, “viveza”, rapidez mental, y muchos,
muchos más. La inteligencia tiene muchos factores y muchas caras. Una persona
muy inteligente, o para ponerlo ya en el IQ, que tenga un alto IQ, puede que
tenga fallas en uno o varios de estos factores, y una persona de un bajo IQ
puede que tenga muy alto uno o varios de estos factores. Porque el IQ es eso,
una medida, nada más que una medida. Pero entonces, pueden estar pensando, ¿no
sirve de nada el IQ? Si hay muchos factores y muchas variaciones entonces ¿el
IQ no mide nada importante? Eso parecería, pero no, y la mejor manera de
explicarlo es con otra analogía, esta vez deportiva:
Imaginen que estamos haciendo diferentes pruebas atléticas a
un grupo de personas, pruebas como correr, nadar, trepar, salto largo,
levantamiento de pesas, y varias más. Lo que descubriremos es que habrá
personas que sean buenas en algunas de estas pruebas, pero no en otras. Pero
también descubriremos que los resultados no serán independientes. Lo más
probable es que una persona que sea buena en correr será también buena en nadar
y trepar. Puede que no sea la mejor o siquiera estar entre las mejores, pero lo
resultados no son independientes. El hecho de que sea buena en una prueba
atlética influenciara positivamente su desempeño en las otras pruebas, a pesar
de que sean pruebas, factores y áreas totalmente distintas.
Y a eso es a lo que
nos referimos cuando decimos que alguien es “atlético”: que tiene capacidades
físicas por encima del promedio en varias de estas pruebas. Exactamente lo
mismo sucede con la inteligencia y eso es lo que mide el IQ, ese promedio de
rendimiento en varias pruebas que miden factores distintos, pero cuyos
resultados no son independientes. El hecho de que alguien sea bueno en
razonamiento abstracto con certeza influenciará positivamente su rendimiento en
resolver problemas o en memoria, a pesar de que se tratan de factores
distintos.
Así vemos que el IQ mide capacidades generales, no
especificas, y tampoco mide aptitudes, mide tan sólo el promedio de rendimiento
a través de diferentes pruebas, y dicho rendimiento en esos factores no es
independiente, hay una relación entre los resultados, y esa es la clave y la
importancia de las pruebas de IQ, nos dan una idea de la capacidades generales
de una persona. Pero también debemos aclarar que el hecho de que alguien tenga
un IQ muy alto no significa necesariamente que será, por decir algo, el próximo
Einstein, de la misma manera que si vemos a un niño muy atlético no significa
que vaya a ser el próximo Messi. Puede que dicho niño no tenga aptitudes para
el fútbol o los deportes competitivos, o que sus capacidades atléticas no sean
las mejores para el fútbol, sino para otra área atlética. Lo mismo se puede
decir para alguien con un alto IQ. El IQ tan sólo nos dice capacidades
generales, no especificas ni aptitudes, y mucho menos gustos ni personalidades.
Es totalmente posible tener un IQ muy alto y ser completamente incapaz en un
factor en particular, así como es totalmente posible tener un IQ bajo y ser
brillante en un factor en particular.
Otra cosa muy importante que se debe aclarar sobre el IQ es
la forma como se hace la puntuación. ¿Qué significa tener un IQ de 140 o uno de
100 o de 80? ¿Qué significan esos números? Bueno, hay que empezar por aclarar
que 100 siempre va a ser el promedio de una población. Sea cual sea el promedio
de una población siempre se le va a colocar 100. Y por lo tanto el puntaje en
IQ dependerá de la población a la que pertenece el individuo en particular. Y
las poblaciones pueden ser divididas por edad, geografía, época, entre otras
cosas. Para explicar esto supongamos que un niño de 5 años hace la prueba
estándar de IQ y saca un puntaje de 126, y justo al otro día cumple 6 años y
vuelve a hacer la misma prueba y esta vez saca un puntaje de 113. No es que el
niño se haya vuelto “bruto” de un día para el otro, sino que el promedio es
diferente dependiendo de la edad que tengas (la población a la que perteneces).
*NOTA para los interesados en el aspecto más técnico: En
estadística el IQ es una curva de distribución estándar o normal (la llamada
campana de Gauss), el punto alto de la curva es 100 (IQ), el promedio, y cada
variación estándar en la curva representa un cambio de 15 puntos de IQ. Así
mismo la fórmula para obtener el IQ de una persona es la siguiente: (Edad
mental/Edad biológica)100. Así vemos el porqué el 100 siempre es el promedio.*
Así 100 siempre va a ser el promedio, y el 95% de la
población sacará puntajes entre 70 y 130, el 68% entre 85 y 115. Si sacas más
de 145 perteneces al 1,3% de la población.
Bueno, ¿pero para qué sirve en la vida real una prueba del
IQ? ¿Si mide algo realmente importante? La respuesta es sí… pero no tanto como
la gente suele pensar, pero tampoco tan poco como para que no sea importante.
Un puntaje alto en IQ está fuertemente relacionado con el éxito en áreas como
la academia, la ciencia, estudios en general y en el entrenamiento militar;
moderadamente relacionado en éxito en áreas como el comportamiento social; y
levemente relacionado en áreas como el cumplimiento de la ley. Entonces el
puntaje en IQ importa, pero no es una profecía. El hecho de que alguien tenga
un IQ alto no significa que será un genio, tan sólo que tendrá más capacidades
generales (más no especificas) para convertirse en uno o en una. Si yo sé el IQ
tuyo, sé algo importante sobre ti, pero no sé cómo tú serás. El IQ me dice algo
sobre tus capacidades generales, pero no especificas, y tampoco me dice tus
aptitudes ni tu personalidad, y mucho menos tus gustos.
Ahora las críticas, tan sólo una para no ser tan largos.
Supongan que para entrar a una buena universidad y obtener una buena educación
se dice que las personas tienen que tener una altura de más de 1,80m, todos los
que tengan menos de esa altura no serán recibidos y no podrán recibir una buena
educación. Absurdo, ¿cierto? Más o menos eso es lo que se hace con las pruebas
de IQ, para poder entrar a una muy buena universidad uno tiene que pasar una
prueba de IQ, como los SAT en EEUU, las pruebas de Estado en Colombia y los
A-Levels en México. (Estas, sí, son pruebas de IQ, no son las pruebas estándar
de IQ, pero lo son). Entre más alto puntaje saques en esas pruebas, más
oportunidades tendrás de entrar a una buena universidad y obtener una buena
educación, haciendo así que el IQ se convierta en una profecía de éxito social
y académico, y por lo tanto el IQ se vuelve, como lo es, una medida
extremadamente importante muy relacionada con tu éxito en la vida. Pero si dijéramos
que es la altura la medida para entrar a la universidad y obtener una buena
educación, la altura sería igualmente importante y relacionada con tu éxito.
Entonces sí, el IQ es una medida importante y mide
capacidades importantes. Y no, el IQ no es una profecía, pero la sociedad lo ha
convertido en una. Que tan bueno o malo sea esto último queda abierto a la
interpretación de cada quien. Uno podría decir, como contraejemplo a mi ejemplo
de la altura, que las oportunidades de ser exitoso en el basketball están
directamente relacionadas con tu altura… y es cierto, pero eso no significa que
una persona de baja altura no pueda ser un gran jugador de basketball… tan sólo
que tendrá que trabajar más para poder serlo… y que las personas de mucha
altura no pueden dar por sentado su éxito, si no trabajan tampoco serán
exitosas en el basket, por más altas que sean.